Viernes por la noche. Marzo de dos mil diez. En un salón de fiestas infantiles, una casa vieja de Palermo en Charcas y Malabia, el biólogo Diego Golombek, micrófono en mano, charlaba sobre el tiempo,[…]
Viernes por la noche. Marzo de dos mil diez. En un salón de fiestas infantiles, una casa vieja de Palermo en Charcas y Malabia, el biólogo Diego Golombek, micrófono en mano, charlaba sobre el tiempo,[…]